Armario




De vez en cuando navego por internet buscando muebles, decoración en general, videos de aficionados a la madera haciendo de todo un poco, almacenes de madera, ferreterías, etc. Es decir, todo lo que me puede interesar tanto para tener nuevas ideas como para adquirir nuevos materiales. En una ocasión, buscando muebles Art Decó (algún día haré uno),  terminé en una tienda de muebles de lujo (enlace en webs interesantes). Es una empresa portuguesa que vende en todo el mundo y cuyos precios son en muchos casos equiparables a los de un coche pequeño.

Un armario me gustó mucho desde el primer momento y a partir de ahí comenzó todo. Lo más llamativo y que da personalidad a este pequeño armario  son las chapas de madera de palisandro tan rojizas y chillonas y el tirador central.

Lo primero que hice fue buscar  chapas elegantes para todo el exterior. Los almacenes de Barcelona y alrededores ya no tienen la variedad  que tenían hace unos años cuando no había crisis en la construcción, no existía Ikea y aún quedaban algunos carpinteros que  hacían muebles por encargo. Por la parte de Valencia hay muchos más almacenes de madera e incluso  pensé en hacer una visita para ver si encontraba chapas que aunque no fueran iguales tuvieran personalidad y fuerza.

Internet, fuente inagotable de información, me llevo después de visitar varias tiendas online, americanas sobre todo,  a una web alemana (enlace en webs interesantes). Esta web comercializa muchos tipos de chapas y maderas macizas muy exclusivas. En esta empresa encontré unas chapas de palisandro que estaban en línea con el mueble original. En diez días tenía en casa seis chapas y una pieza de madera maciza para el frente de los cajones.

                 

 

El tirador central era otro problema complicado. En el mercado no venden nada parecido. Es una pieza que había que hacerla artesanalmente. Primero busqué una aldaba parecida al original y pensando en hacer la base en madera negra. Lo que vi no me llegó a gustar y al final encontré un tirador de estilo modernista en una ferretería de Barcelona donde hay gran variedad de herrajes de estilo modernista, Gaudí, etc. El tirador al final sería una creación completamente mía.

         

La base negra donde iría el tirador la encontré un poco por casualidad en Zara Home, dos percheros se podrían transformar en la base que necesitaba.

También en Zara Home encontré unos tiradores para los cajones que encajaban muy bien con el estilo que tendría el mueble y a un precio muchísimo más bajo que la maneta de latón que es una pieza hecha a mano.


 
 
La construcción del armario no tuvo ningún problema. Sobre aglomerado Dm encolé las chapas de palisandro para los exteriores y para los interiores utilicé chapa de erable. Las bisagras que elegí, del tipo invisibles, eran complicadas de poner y me llevo más tiempo del esperado.

 

 
 



 
 
Al sobre superior y a la base les hice una moldura en todo el perímetro exterior. Con el tupí de mesa y una buena fresa no tiene mayor complicación. Las cuatro patas las compré ya hechas.


 
 
 
Quería que el armario se iluminara al abrir las puertas. En la base del armario empotré un interruptor magnético. Este interruptor es una cápsula de cristal con dos láminas metálicas en su interior sensibles magnéticamente. Cuando se acerca un imán las láminas se juntan o se separan, abriendo o cerrando el circuito. En el canto inferior de la puerta encasté un imán. Cuando se abre la puerta se encienden unas tiras de leds en el techo del armario y en el interior de los cajones
  
 
Quería también que tuviera un cajón secreto. Tuve que retocar bastante la base del armario para poder hacer sitio para un cajón que almacenaría las pilas de la iluminación interior y espacio para guardar joyas o dinero.

El cajón es invisible a simple vista y se accede a él presionado un cierre que lo mantiene cerrado en la parte inferior del armario. Con unos tirantes de madera el cajón se desliza hasta el suelo.




Tras un lijado lo más perfecto que  pude  le di primero varias capas de barniz de  poliuretano tapaporos e intenté dejar una superficie lo más lisa posible a base de lijas de grano cada vez más fino. Esto haría que después las capas de goma laca fueran menos. En las partes negras primero teñí  la madera de negro y al tapaporos de poliuretano le añadí también tinte negro.  Luego manos y manos de gomalaca  trasparente y negra (teñida con anilina negra).




Esta era la primera vez que hacía piezas tan grandes con gomalaca. Mi experiencia es muy corta con la goma laca y éste era un trabajo de envergadura. Poco a poco he ido aprendiendo los pequeños detalles necesarios para un buen resultado. Dejarlo perfecto es realmente difícil.  Es una técnica complicada. Todo un oficio no hace muchos años, que necesitaba  mucho tiempo para ser un buen barnizador.

 El color negro y encima  brillante es el  más complicado de conseguir.  Esta parte es la que más me costó y el resultado es simplemente aceptable.
 
 
El fondo del armario es un espejo en el que  grabé con ácido un dibujo floral. Sobre el espejo pegué primero una lámina plástica y encima el dibujo. Tras recortar con un cúter el contorno del dibujo eliminé el plástico y me quedaron los huecos para aplicar el ácido. Era la primera vez que hacía esto y como no?, salen pequeños problemas fruto de la inexperiencia pero al final quedó bien. Para grabar mi nombre, el año y los nervios de las hojas del dibujo empleé una fresa con un mini taladro.





 
 



 




 




 
 
 

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